domingo, 3 de noviembre de 2013

Tala de dos pinos secos

A lo largo de la Ribera de Entrepeñas, una calle del pueblo que bordea el pantano, hay una serie de pinos piñoneros.
Al principio de la calle y hasta llegar a la segunda curva, todos están sanos, o al menos así se les aprecia, aunque de momento, habría que decir, pues estos dos que talaron ayer también lo parecían hace algo más de un año.
Aproximadamente hará doce meses que talaron uno que estaba junto a estos, y por las mismas circunstancias: estar secos.
A estos que les tocó la tala ayer ya se les apreciaba algo de sequía en algunas ramas, sobre todo las que estaban junto a las del pino que talaron entonces.
Tanto estos como aquél, presentaban gran cantidad de agujeros en sus cortezas, así como en la madera de sus ramas, ya que muchas de ellas estaban peladas por haberse desprendido la corteza al estar ahuecada por los bichos, como se puede apreciar en los trozos que he fotografiado.
A partir de estos dos talados, los demás los encontramos sanos, aunque también hay algunos con ramas que se les aprecia algo secas, como se ve ya en los inmediatamente seguidos a los que han sucumbido a la insectación.
Hacia el final de la calle, los pinos son más numerosos, llegando formar un pequeño pinar que se extiende hacia el pantano, o sea a la derecha de la ribera asfaltada.
Aquí aun no se ve ninguno infestado. Y yo me pregunto: ¿No sería mejor desinsectar o desinfectar, antes que cortar? Porque a este paso, en unos años, y además pocos, el pinar desaparecerá. Tiempo al tiempo.

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